Esta fue la consigna principal, el 31 de marzo en Loncopué, donde se realizaron una multitudinaria marcha y un festival callejero de bandas.
Los pobladores de la comunidad mapuche Mellao Morales junto a las asambleas de vecinos/as de Loncopué y del paraje Campana Mahuida vienen impulsando, con estas y otras actividades, la lucha contra la explotación de cobre a cielo abierto cuyo impacto ambiental sería irreversible. Para cumplir con su objetivo, la compañía estatal china MCC (Metallurgical Construction Corporation) utilizaría ácido sulfúrico y dinamitaría 28.000 toneladas diarias de montañas, contaminando aire, suelo, agua y dejando tajos a cielo abierto.
Pero, además, la comunidad se ha levantado contra las metodologías, a todas luces fraudulentas y corruptas, de los gobiernos provincial y municipal. Desde el principio, las negociaciones con MCC han sido a espaldas de la población incumpliendo con normas internacionales (como el Convenio 169 de la OIT que obliga al Estado a consultar a los pueblos originarios sobre el destino de los recursos naturales) y constitucionales tanto del país como de la provincia de Neuquén. Además, el “sobischista” intendente de Loncopué, Walter Fonseca, no sólo apoya al proyecto minero contra la voluntad de la población sino que además apaña a funcionarios que no se han privado de intimidar a quienes, de alguna forma, se unieron a esta lucha. Han sido amenazados/as y perseguidos/as ecologistas, docentes y vecinos/as.
A pesar de esto y de la enormidad de los enemigos a los que se enfrentan, pobladores/as mapuches y no mapuches se encuentran decididos/as a seguir la lucha mientras la minera no abandone la región. Y es así que, toda la comunidad notablemente movilizada, desde niños y niñas hasta ancianos y ancianas, han tenido ya algunas victorias como haber podido impedir la audiencia pública trucha mediante la que el gobierno pretendía legalizar el proyecto minero.
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