martes, 12 de noviembre de 2013

Editorial AV 59

 Frente al agotamiento del kirchnerismo y la sucesión por derecha que se viene

Construyamos poder popular para un proyecto revolucionario

Los resultados electorales del 27 de octubre confirmaron, con mayor nitidez aún, lo que las PASO de agosto habían  anticipado como escenario. Las derrotas electorales del kirchnerismo en las provincias de mayor caudal electoral (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Mendoza, Santa Fe), a manos de diversas opciones patronales ubicadas a su derecha, dan lugar a una inocultable crisis política del oficialismo de cara a la sucesión presidencial del 2015.
La caracterización del triunfo de opciones conservadoras no excluye al santafesino Hermes Binner, el “socialista” sojero afín a las patronales agrarias, y se extiende además a otros distritos donde el kirchnerismo perdió a manos de variantes opositoras (Chubut, Jujuy, entre otras).
El absurdo festejo del “equipo de la Presidenta”, encabezado por Boudou, para disimular el traspié electoral, le agregó una dosis de ridículo a la reacción inmediata del kirchnerismo, ubicándose a nivel de patetismo sólo por debajo del insufrible festejo marketinero del PRO para lanzar la candidatura presidencial de “Mauricio”.

Ley de medios como “salvavidas”
Sólo a 48 horas de consumada la derrota en las urnas, el Gobierno recibió un “centro” de parte de la Corte Suprema que declaró la constitucionalidad de la Ley de Medios, frenada en diversos puntos de su implementación por sucesivos recursos judiciales del grupo Clarín. No por casualidad, la demoradísima sentencia brindó al kirchnerismo una bocanada de oxígeno político, justo en el momento que más lo necesitaba para recuperar iniciativa política.
Por de pronto, respecto a la Ley de Medios, cabe señalar que la lógica constitucionalidad dictaminada por la Corte significa un duro golpe para el grupo mediático opositor Clarín y una ansiada victoria para el gobierno nacional. No obstante, este fallo no debe llevarnos a creer que la nueva normativa audiovisual constituye la “quintaesencia” de la democratización de la palabra pública.
Desde el punto de vista de los intereses populares, el bienvenido “achique” del grupo Clarín (ya sea “de oficio” o por  “adecuación voluntaria”), no implicará de ningún modo un mayor acceso de los sectores populares a canales propios de expresión, ya que esas licencias terminarán en manos de otros grupos empresarios (amigos del multimedios o del gobierno, según evolucione la disputa).
Ni unos ni otros expresan nuestra voz. Y al respecto no deja de ser elocuente que los medios comunitarios, alternativos y populares continúen reclamando el reconocimiento de la AFSCA sin obtener hasta el momento ninguna respuesta positiva.

El mapa político por arriba
Volvamos al escenario político que dejaron los comicios legislativos. Octubre marcará el veredicto real de cómo se empieza a transitar un recambio en la conducción política del bloque dominante, proceso político que como siempre en las últimas décadas se desarrolla al interior del peronismo y que en esta ocasión apunta a cerrar por derecha, ya sea en ´internas abiertas´ o ´abierta ruptura´ con el kirchnerismo debilitado”, señalábamos en la edición de septiembre de A Vencer, en el artículo “PASO: un trago amargo para el kirchnerismo”.
Los resultados confirmaron esta apreciación y la consolidación de Massa como referencia del peronismo opositor constituye el principal desafío para el oficialismo. En los tiempos que vienen es de esperar un lento y progresivo éxodo de intendentes, diputados y senadores justicialistas hacia las filas del Frente Renovador; en tanto, los gobernadores, necesitados de la billetera del Ejecutivo, serán mucho más cautos para medir el momento justo para saltar de tranquera.   
En la otra vereda, el que salió bastante machucado de las elecciones legislativas fue Scioli, cuya figura no alcanzó para atenuar la caída de Insaurralde. Como si fuera poco, pese a su demostración de “lealtad” a Cristina, el kirchnerismo duro no tardó ni cinco minutos en hacerle sentir el rigor, demostrándole que sus preferencias para la sucesión están puestas en el gobernador entrerriano Uribarri y el chaqueño Capitanich. Así que no la tiene nada fácil.
En el seno de esta disputa interna del peronismo, que puede darse por dentro o por fuera del PJ indistintamente, se definirá el recambio presidencial del 2015. Una vez más, el peronismo sale ampliamente ratificado como la fuerza política del régimen capitalista en Argentina, la única capaz de asegurar una relativa estabilidad institucional.
En un plano inferior de incidencia se ubica el lanzamiento de la candidatura presidencial de Macri, con muy dificultoso terreno de desarrollo político (al no contar con alguna parte al menos del aparato del PJ); y en el andarivel “panradical” aparece el proceso de conformación de una nueva Alianza (replicar la experiencia porteña de UNEN a nivel nacional no sería otra cosa que eso), a caballo de los triunfos electorales de Cobos en Mendoza y Binner en Santa Fe.

El crecimiento electoral del FIT
Como contraste del voto de tinte conservador de sectores del electorado, el crecimiento de los niveles de votación a la izquierda constituyó una de las sorpresas que dejaron estas elecciones. Los importantes resultados que obtuvo el FIT, con sus puntos más altos en Salta y Mendoza, permitieron el ingreso de tres diputados al Congreso nacional por Buenos Aires, Salta y Mendoza (al que puede sumarse un cuarto integrante al bloque si logra revertirse el robo de la banca que sufrió el FIT en la provincia de Córdoba).
Son diversas las razones que explican esta buena performance del FIT, y junto con la crisis política del kirchnerismo se ubica el colapso electoral de la centroizquierda antikirchnerista ligada a la conducción nacional de la CTA Micheli (PODEMOS en Buenos Aires, Camino Popular en CABA, etc.), que de tanto ir a la rastra de la derecha sojera y cacerolera, quedó totalmente diluido como opción por izquierda al kirchnerismo. Resultados a la vista, ahora no le queda otra que sortear la adversidad reagrupándose detrás de la candidatura presidencial de Víctor De Gennaro.
Por el lado del FIT, sus desafíos son otros. El primero, lograr que las bancas conquistadas estén efectivamente al servicio de las luchas obreras y populares, aportando a la movilización independiente de la clase trabajadora; en segundo orden,  de carácter claramente estratégico, deberá resistir a las fuertes presiones a la integración institucional al sistema, frente a las cuales las fuerzas del FIT vienen dando señales, cuanto menos, contradictorias (ver nota en página 2).      

Poder popular para un proyecto revolucionario
Es una verdad de perogrullo que las urnas no son el medio a través del cual vamos a lograr un cambio social de raíz para nuestro pueblo. No obstante, no viene mal repetirlo: más allá de sus maquillajes más o menos “progre”, ésta sigue siendo una democracia de y para los ricos; y cada tanto las fuerzas represivas estatales nos lo recuerdan, garroteándonos cuando luchamos con decisión en defensa de nuestros intereses.
Todo indica que los dos años que quedan del mandato de Cristina Kirchner depararán una agudización de la conflictividad social, motivada por la crisis económica y por la dura la disputa política por la sucesión. Y hay que prepararse para ese escenario. Por eso, con más fuerza que nunca, hay que organizarse para ganar las calles contra Chevron, Monsanto y las empresas megamineras;  contra la precarización y tercerización laboral; en defensa del poder adquisitivo de nuestros salarios; por el derecho a la vivienda, salud y educación públicas de calidad; entre tantos otros legítimos reclamos populares.
Sin embargo, nuestra apuesta por la movilización independiente del pueblo trabajador no pretende encubrir un economicisimo vergonzante, que frente al problema de la construcción de alternativa política, se limita a responder con la simple apelación a la organización y la lucha por nuestras reivindicaciones. Esa vocación es condición necesaria pero no suficiente y para ser desarrollada en un sentido genuinamente revolucionario,  debe ser inscripta en una proyección estratégica de poder que comience a esbozar los instrumentos políticos necesarios para lograr la emancipación social, económica y política de nuestro pueblo.
Por esta razón, frente al agotamiento del kirchnerismo y la emergencia de un recambio por derecha, seguimos apostando a la creación de poder obrero y popular y llamamos a avanzar en unidad, en los distintos niveles y planos que son necesarios, para alumbrar un proyecto político revolucionario de profunda transformación social.

Por un Frente Político y Social anticapitalista, antiimperialista y por el socialismo.
Por la construcción de un partido revolucionario de la clase trabajadora.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Comunicado del MIR y FPSG

LA UNIDAD ES UN HECHO

A fines de septiembre informamos sobre el proceso unitario que veníamos recorriendo elFrente Patriótico Sanmartiniano Guevarista (FPSG) de San Rafael y la regional Mendoza del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Hoy nos llena de alegría compartir la noticia de la unidad: ambas organizaciones nos integramos políticamente.

El esfuerzo en este camino compartido ha sido inmenso, pero las fuerzas salieron de la convicción en la posibilidad y necesidad de la Revolución Socialista para nuestro pueblo. Sabemos que para la transformación radical de nuestra sociedad es imprescindible la construcción política de una organización revolucionaria. Dicho espacio hoy no existe, en cambio hay diversos agrupamientos a lo largo y ancho de nuestro país que tenemos la responsabilidad histórica de avanzar en política unitaria con el objetivo de darle vida al proyecto revolucionario. Así lo entendimos y nos echamos a andar.

Entre los aspectos destacables de esta experiencia se encuentra el carácter de la unidad. No se trata de una unidad de coyuntura, ni electoral, ni para enfrentar a otro, etc. Consiste en una integración política, resultado de un camino compartido de discusión y de militancia conjunta. En dicho proceso, la fraternidad y generosidad militante estuvieron a flor de piel. Sin mezquindades de ningún tipo, ni económicas, ni de auto-referencia, ni intelectuales, ni localistas… A paso firme, y con la seguridad que sólo otorga la plena confianza en nuestras decisiones, avanzamos todo lo que se podía. Dejamos en claro algunos matices en las discusiones políticas (que, por otro lado, son los mismos matices que en general atraviesan a las organizaciones del campo popular); unificamos nuestra proyección hacia diversas territorialidades militantes; realizamos intervenciones conjuntas en coyunturas políticas, entre ellas en las elecciones de octubre. Todo esto a pesar de la distancia geográfica, impulsados/as por la alegría de encontrarnos con compañeras/os que transitan los mismos senderos.

Este será el último comunicado que firmemos con dos siglas. Del análisis del desarrollo de nuestras organizaciones, evaluando la cantidad de militantes, la trayectoria, la referencia en un activismo más amplio, etc… decidimos que la forma orgánica de dar vida a esta unidad es la de la integración del FPSG al MIR. Son decisiones difíciles de adoptar porque cuesta deprenderse del nombre con que nos referenciamos. Sin embargo, tal como afirman las/os compañeras/os del FPSG: “no estamos relegando una sigla, estamos avanzando en el camino de la unidad de las/os revolucionarias/os”. Sin duda de ningún tipo, esa es la forma en que lo vemos. Apostamos a la unidad política de los diversos grupos que hoy nos construimos en el seno de nuestro pueblo. No debemos abocarnos exclusivamente a la coordinación de una agenda de lucha común, sino además transitar los caminos de la unidad política. Quienes afincamos en una misma tradición, quienes tenemos una misma mirada estratégica hacia el Socialismo, compartimos una forma de militancia fraterna que esquiva los desaciertos de la izquierda tradicional, lejos de la auto-referencia y que apunta todos los cañones a construir Poder Obrero y Popular,tenemos un desafío por delante: la unidad política de nuestras organizaciones.Probablemente en el futuro cercano cambiemos varias veces de nombre y de prensa, pero lejos de ser ello una pérdida, será la muestra cabal de una nueva organización que va naciendo.

¡Viva la Unidad de los Revolucionarios!
¡Por la Revolución Socialista y Antiimperialista!
¡Por la construcción del Poder Obrero y Popular!

Frente Patriótico Sanmartiniano Guevarista
Movimiento de Izquierda Revolucionaria

05/11/2013