lunes, 20 de abril de 2015

COMUNICADO: FRENTE A LA REPRESIÓN DE LA MULTINACIONALES Y DE SUS SOCIOS EN EL GOBIERNO

 ¡VIVA LA RESISENCIA MAPUCHE!
Hace poco más de un mes, un grupo de mapuches del Movimiento Puel Mapu de Cushamen recuperó para su pueblo una franja de su territorio ancestral, que había adquirido la Compañía Tierras del Sur S.A. del Grupo Benetton. Desde entonces el Estado provincial, viejo aliado de empresas multinacionales de todo rango, comenzó con las prácticas acostumbradas para estos casos: criminalizar la acción reivindicadora del pueblo mapuche acusándolo de terrorista y violento, sitiar a las familias que se asentaron en las tierras recuperadas impidiendo que la solidaridad de mucho/as que se acercaban con comida, abrigo, aliento y presencia, llegara para sostener la medida; poner a disposición de los empresarios usurpadores las fuerzas de seguridad estatales para que hostiguen y provoquen la reacción defensiva de lo/as que resisten y justificar de esta manera el desalojo violento a palo y bala, situación ya repetida en nuestra provincia.
Hace dos días policías de civil, identificados claramente por quienes se encontraban en la zona, efectuaron disparos desde autos particulares contra la comunidad en resistencia, sin importarles que en el lugar hubiera menores de edad. Al decir de lo/as testigos una vez finalizado el ataque, recogieron los casquillos servidos y se fueron.
El estado provincial, (el ministerio público fiscal, la policía, los funcionarios en campaña, lo/as legisladore/as ocupados en alianzas electorales), dijo no saber, aseguró no entender, prometió investigar. Este ataque criminal y mafioso no es aislado y hay que ponerlo en el contexto político y social de nuestra provincia que muestra a las claras que, independientemente de quien gane las elecciones 2015, el modelo extractivista y depredador, que a paso redoblado nos va dejando sin agua, sin tierra, sin bosques, es el único que la alianza entre gobierno y capital está dispuesta a desarrollar en Chubut.
Y desde esta mirada denunciamos públicamente al estado provincial como el único terrorista y primer violador de los derechos humanos más elementales. A los tres poderes que lo componen como cómplices necesarios para que nuestra provincia sea vendida al menudeo y para garantizarle muerte o cárcel a lo/as que resisten e impunidad a los uniformados que matan en las calles, en el campo o en las comisarías de la provincia.
Reivindicamos las acciones de las organizaciones mapuches tendientes a recuperar las tierras para su pueblo, por ser actos de auténtica justicia popular, de restitución cultural y de resistencia digna. Consideramos como necesario y legítimo el uso de la violencia defensiva ante el avance de empresarios y funcionarios corruptos que condenan cada día al pueblo mapuche a la miseria, al hambre y al olvido.
Las innumerables muestras de solidaridad, a las que sumamos la nuestra, dejan a las claras que el Pueblo Mapuche no está solo en esta lucha y que su lucha conforma junto con otras muchas, la resistencia activa de un pueblo decidido a no ceder ante la corporación política y económica y defender la vida, la libertad y los bienes comunes.
Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Patagonia 

domingo, 1 de marzo de 2015

El 18F y la rearticulación de la derecha

Balance del Frente por la Unidad Guevarista de la marcha del 18 de febrero y la nueva situación política.

En la marcha del 18 de Febrero confluyeron la corporación judicial, los políticos opositores, los grandes medios y una parte importante de la clase media porteña que configura la base de votantes de las diferentes variantes de la derecha. Este hecho político representa una nueva ofensiva contra el Kirchnerismo como fuerza política dentro del gobierno, pero su objetivo estratégico está dirigido fundamentalmente a condicionar el programa económico, social e internacional de quien pretenda asumir la dirección ejecutiva del Estado en las elecciones de este 2015.

¿Qué viene pasando en la Argentina?

Desde el año 2008, un sector importante de la burguesía y la oligarquía local, el que rompió en el conflicto del campo con el gobierno kirchnerista, intenta recuperar el terreno cedido durante estos años al Estado y a las diferentes corporaciones y grupos económicos que apoyan al gobierno. Producto del desgaste de estos 12 años de gobierno y de la falta de un candidato propio que tenga apoyo en la población, el contexto se presenta muy favorable para condicionar al gobierno siguiente. La disputa interburguesa se expresa por estas horas a flor de piel, y la muerte del fiscal Nisman, sumada a la aparición de la corporación judicial como actor político en este escenario, pone a estos grupos a la ofensiva. No por casualidad sus más lucidos intelectuales orgánicos afirman casi desesperadamente que es ahora o nunca.

El saldo del 18F: el gobierno preso de sus contradicciones y la emergencia de una derecha clásica con posibilidades electorales.

A poco más de un mes del inicio de esta crisis política no quedan dudas que el kirchnerismo no encuentra forma de salir del paso. A la falta de decisiones claras para recuperar la iniciativa política (algo que caracterizó a este gobierno en anteriores crisis) se sumó una primera actitud pasiva ante el copamiento de las calles por la derecha y la clase media. Pero hoy el gobierno hizo su demostración de fuerza, llenando la plaza del Congreso y dejando en claro que no va a serles nada fácil a sus adversarios ganarle esta elección.
Mientras tanto la rearticulación de la derecha es un hecho inocultable y preocupante. Los verdaderos jefes de la oposición reaccionaria, el grupo Clarín, Techint, la UIA y la Mesa de Enlace, entre otros, han elegido a quien los represente en estas elecciones: Mauricio Macri. El líder del PRO es el único que durante este periodo cosecha aliados de sectores políticos diversos (Elisa Carrió y Carlos Reuteman) y crece en las encuestas, dándole a la derecha clásica una posibilidad que hace muchísimos años no tenía, y que Sergio Massa y Daniel Scioli no le garantizan: presentarse ante la sociedad argentina sin el ropaje del peronismo, instalando su programa de ajuste y represión sin concesiones ni medias tintas. Todo indica que de seguir así el escenario faltarían dos elementos para llegar a Agosto con mayores posibilidades electorales: concretar una alianza con un sector del radicalismo (política que representa Ernesto Sanz) y convencer a Massa de que se sume a una interna con Macri, o que desista de su candidatura a presidente y vaya por la provincia de Buenos Aires. EL multimedio Clarín y el diario La Nación ya enfocan sus cañones editoriales en ese sentido. De darse estas dos posibilidades, o por lo menos alguna de ellas, el kirchnerismo se vería realmente amenazado para retener el sillón presidencial. Y paradójicamente para el kirchnerismo este contexto favorece la idea de cerrar filas con Scioli, el candidato mejor posicionado, pero el que parece menos confiable para ellos. El anhelo de los sectores de centroizquierda del gobierno de ir a internas pareciera un objetivo ya cuestionable desde su propio punto de vista, ya que podría darse que Macri o Massa ganen las PASO y darían un golpe de efecto político letal de cara a Octubre.
¿Qué programa levanta la derecha?
Las medidas que debe tomar el próximo gobierno están siendo constantemente difundidas por los grandes medios y cada corporación construye sus aportes, como en este caso la corporación judicial, que dijo presente y no quiere quedar fuera del proyecto.
En el plano internacional quieren volver a alinearse con EEUU y la OTAN, abandonando el acercamiento de Argentina a los BRICS y coartando la alianza estratégica con China. A nivel latinoamericano el triunfo de la derecha sería ante sala de la ofensiva final sobre Venezuela, torciendo la balanza a favor de los países alineados con los yanquis como Colombia, Perú, Chile o Paraguay.
En el plano económico se proponen liberar el tipo de cambio y constituir un mercado único cambiario (que no haya dólar paralelo). Esto significaría forzar una nueva devaluación. Además se proponen disminuir las retenciones, re discutir los subsidios a la industria, reducir el gasto público en todos sus planos, especialmente en las políticas sociales. Esto implica un posible proceso de reprivatizaciones.
El extractivismo, la depredación de los recursos naturales, la precarización laboral y la sojización del campo son cosas que no será necesario ni siquiera tocar, ya que el propio gobierno las viene garantizando.

¿El kirchnerismo va a enfrentar este programa?
Si fuese la decisión política de este gobierno enfrentar este programa y volcarse a realizar las reformas estructurales que la Argentina necesita, para la izquierda y el campo popular se nos presentaría el dilema de cerrar filas contra Macri, Massa o Scioli. Pero estos 12 años no sólo enseñaron que esas expectativas son totalmente infundadas, sino que fueron ellos mismos los que aplicaron varios de esos puntos, y que cuando quisieron avanzar en algunas reformas rápidamente volvieron atrás o las dejaron a medias. El caso de la Estatización de YPF, para luego entregarle los yacimientos a Chevron, fue el más claro. Otra cosa que aprendimos en estos años es que el kirchnerismo siempre está más presto a negociar con la derecha que a jugársela en la calle.
Hoy no es posible lograr el desarrollo del país si no se va más allá de los límites del capitalismo, y este gobierno no está dispuesto a poner en discusión esos límites. Por el contrario, fue clave el papel que jugaron en la reconstrucción de las instituciones y el control de la calle,  apelando, solo cuando fuese necesario, a una movilización pasiva y encuadrada en ese proceso de legitimación. Que este último gran acto sea en la apertura de sesiones del congreso es un claro ejemplo de esta política. EL kirchnerismo como proyecto de país no se propuso más que construir un “capitalismo serio”, y como expresión política de un sector de la burguesía nativa, se prepara para continuar gobernando.

La izquierda y el campo popular ante la posibilidad de ser una alternativa

Esta rearticulación de la derecha, y el agotamiento del gobierno como alternativa, ponen a la izquierda y el campo popular ante una nueva prueba de fuego. Si somos capaces de construir una alternativa unificada en el plano electoral, y de reflejar la misma unidad en las luchas de los trabajadores y en las calles enfrentando el ajuste, la izquierda puede volverse una referencia a apoyar y construir para amplios sectores del pueblo trabajador. En este sentido la experiencia del Frente de Izquierda (FIT) es alentadora, pero venimos sosteniendo que es su responsabilidad (y oportunidad histórica) ampliar ese frente para potenciarlo. Además, esta unidad hoy no se plasma en las luchas sindicales y sociales, hecho que la limita al plano meramente electoral.

Desde el Frente de Unidad Guevarista estamos convencidos que para enfrentar a la nueva rearticulación de la derecha tenemos la tarea imperiosa construir acuerdos programáticos que se sustenten en la movilización callejera, en cada espacio de trabajo, de estudio, en cada barrio y este año electoral también en las urnas. De esta manera lograremos ser cada vez más una alternativa política para las trabajadoras y los trabajadores de nuestro país.

Frente por la Unidad Guevarista

MIR-PATAGONIA

PROPUESTA TATU

JUVENTUD GUEVARISTA

COLECTIVO MILITANTE ZONA OESTE