lunes, 12 de agosto de 2013

A 5 años de la fundación del MIR


En el camino del Che, por la Revolución y el Socialismo

El 19 de julio de 2008 nacía nuestro Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Argentina, como resultado de la fusión de dos destacamos hermanos (Marabunta - Izquierda Revolucionaria y el Frente de Unidad Revolucionaria), que luego de meses de discusión y trabajo conjunto, acordamos sobre la necesidad de gestar una nueva identidad para plasmar el tránsito hacia una nueva organización.
Así lo hicimos. Y a 5 años de aquel día, escogido especialmente para homenajear al Roby Santucho y toda la dirección histórica del PRT-ERP caída en combate el 19 de julio de 1976, y recordar el triunfo de la maravillosa Revolución Sandinista en 1979; nos encontramos en una etapa política distinta, con tareas y desafíos nuevos, pero con el compromiso inclaudicable de luchar por una nueva sociedad.
Con ese objetivo de profunda transformación social, seguimos luchando por la construcción de poder obrero y popular; por un frente de liberación nacional y social; y por la construcción de un partido revolucionario de la clase trabajadora y el pueblo.
Porque como decía el Che, seguimos absolutamente convencidos de que ya no hay más cambios que hacer, y que la disyuntiva sigue siendo ¡Revolución Socialista o Caricatura de Revolución!
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)

jueves, 8 de agosto de 2013

Editorial A Vencer N° 56 - Edición de agosto de 2013

Las PASO y las opciones de izquierda

 Hace varios años ya, que caracterizamos el papel del kirchnerismo como el equipo de conducción del peronismo, que tenía la tarea de recomponer la legitimidad de las instituciones y apaciguar la conflictividad social evitando la radicalización de la misma.
 La crisis del sistema político acumulada por largos años de frustraciones y descreimiento, con el escenario de una profunda brecha social y económica generada por el neoliberalismo, tuvo en el 2001 su máxima expresión de indignación y confrontación popular. Los años pasaron y la falta de una fuerza política unificada que impulse una alternativa de cambio social por izquierda llevaron a que la tarea del kirchnerismo tuviera efecto.
 Diversas iniciativas gubernamentales en respuesta a demandas sentidas de nuestro pueblo, (reformas parciales, un discurso que buscó recomponer la imagen del “orgullo nacional”, etc.) fueron parte de la estrategia que contribuyó en este sentido. Pero sobretodo, la canalización del debate político principalmente a través del Congreso fue clave, orientando buena parte de la atención del debate público hacia allí, y la necesaria respuesta de las diferentes fuerzas partidarias, respecto de diferentes leyes iniciativas del oficialismo.
 En este sentido, hace varios años ya que el “momento electoral” cobra una relevancia importante en la lucha política en nuestro país. La recomposición del sistema de partidos, si bien aún bastante endeble, tomó nuevo impulso a raíz de la reforma electoral. Este año será la segunda oportunidad en la que se aplica dicha reforma, utilizándose las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), para dirimir las internas de los partidos, y establecer cuáles de los precandidatos sortearán los requisitos para lograr presentarse en octubre.
 Las elecciones legislativas atravesarán a la mayoría de las provincias del país, tomando un carácter más situado y regionalista que las elecciones ejecutivas en las que se elige presidente. El resultado de las mismas y la composición de fuerzas en el Congreso que deriven de ellas, marcará no sólo los límites y potencialidades de los últimos dos años de Cristina, sino también como se proyectará el escenario hacia el 2015. Varios dirigentes opositores, incluso algunos al interior del propio peronismo, depositan expectativas en tener la posibilidad de constituirse en el recambio de gobierno luego de 10 años de kirchnerismo.
 En algunos casos, las PASO dirimirán realmente internas de los partidos, y en otros pondrán a prueba las maquinarias electorales. También brindará un anticipo de lo que sucederá en octubre, mostrando tendencialmente los valores aproximados de cada una de las fuerzas.

Nosotros, la izquierda, ¿en qué andamos?
 Las fuerzas de izquierda se han predispuesto para enfrentar las elecciones con diferentes alternativas. El FIT vuelve a constituirse como la propuesta de mayor desarrollo a nivel nacional como frente electoral que unifica a los partidos trotskistas con mayor desarrollo (PO, PTS, IS), no sin los problemas que ya hemos señalado en otras oportunidades en cuanto a su práctica militante y su mezquina lógica de construcción. Pese a todo esto, será la propuesta de izquierda con mayor visibilidad y con mayor capacidad para referenciar una voz no patronal y anticapitalista.
 En cuanto al amplio espacio de “nueva izquierda” se viene arrastrando las dificultades para constituir una alternativa política de carácter nacional que renueve las prácticas y las lógicas de la izquierda más clásica, y que se conforme como un actor político de peso, con capacidad de intervenir además en la disputa electoral.
 Pese a esto, este año algunas de las organizaciones han logrado adquirir personería electoral y llevarán adelante ensayos a nivel local. Este es el caso del Frente Popular Darío Santillán-Corriente Nacional, que a través del partido “Patria Grande” en la ciudad de La Plata, junto con la Unión del Pueblo (Juventud Guevarista) participarán en el nivel municipal. En la ciudad de Rosario también se constituyó el “Frente Ciudad Futura”, integrado por el Frente Popular Darío Santillán y el Movimiento Giros. Saludamos esos intentos, esperando que la participación electoral encarada por estos compañeros y compañeras de lucha sea fructífera y sirva para acumular experiencia con impronta política propia, sosteniendo principios y las posiciones con las que se viene construyendo en conjunto desde hace años.
 También los compañeros de Marea Popular participarán electoralmente en la ciudad de Buenos Aires en el frente Camino Popular, una alianza encabezada por Claudio Lozano, junto al PCR/PTP, entre otras fuerzas. A nuestro entender, esta apuesta de los compañeros marcó un negativo corrimiento hacia la vieja centroizquierda, que contribuye de un modo u otro a alimentar una variante política centroizquierdista que ha dado lugar a cíclicos fracasos y decepciones en nuestro país (PI, Frente Grande, FREPASO o Proyecto Sur más recientemente).    
 Por último, un conjunto importante de organizaciones de la “nueva izquierda”, enfrentamos la dificultad de no haber podido constituir una alternativa propia de cara a las próximas elecciones. Una dificultad que muestra a la vez nuestras limitaciones prácticas y nuestros temores para asumir con la seriedad que se merece la participación electoral. Sin duda, la cultura “abstencionista” en la que se forjó buena parte de nuestra militancia no favorece, en esta coyuntura particular, la posibilidad de una acumulación política más general, que permita una elevación de la conciencia de lucha y transformación de nuestro pueblo. No obstante, estamos convencidos de que es necesario complejizar nuestra apuesta política en estos contextos y encontrar mejores formas de intervenir sin resignar principios ni perder la brújula acerca de lo que es importante.
 Desde nuestra concepción estratégica, el desarrollo de poder obrero y popular es el elemento indispensable para proyectar una verdadera alternativa que luche por la construcción de una nueva sociedad. Pero esto no significa que etapas históricas donde las formas de lucha incluyen componentes de disputa institucional deban desecharse. El problema es lograr articular esas diferentes luchas en una estrategia de poder de largo aliento, con el horizonte claro en la construcción de una sociedad socialista, sin explotación y sin opresión de ningún tipo.
 En este sentido, con un conjunto importante de organizaciones, venimos debatiendo en los últimos meses la conformación de un espacio frentista, que permita aglutinar a las diferentes experiencias en una herramienta política común. Los tiempos para hacer madurar los debates no siempre son los que se desearían, ni los que la coyuntura política nos demanda. Sin embargo, creemos que a pesar de esto, la perspectiva puesta en dicho espacio nos permitirá conformar una alternativa política superadora. Que dispute poder frente a las opciones existentes, y que esté en condiciones también de asumir la disputa electoral, llegado el caso, como parte de una lucha más general.
 Considerando este panorama y las dificultades mencionadas, desde MIR decidimos llamar a votar en agosto a aquellas fuerzas anticapitalistas y antiimperialistas que expresen un cuestionamiento al modo de organización de la sociedad. Creemos que la aparición de opciones de este tipo contribuye de alguna manera a generar en el sentido común la perspectiva de que hay otras opciones en el escenario político más allá de los partidos hegemónicos patronales. Dado que las elecciones son distritales, en las diferentes regiones del país donde estamos expresaremos este posicionamiento de acuerdo a las opciones electorales que se presentan en concreto en cada caso.
 Junto con este planteo y perspectiva, nuestras principales fuerzas y energías estarán orientadas a la urgenteconformación de un Frente Político y Social, anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal, que luche por una sociedad que garantice una vida digna para todos y todas.