miércoles, 26 de junio de 2013

A 11 años de la Masacre de Avellaneda


Darío y Maxi: memoria, presente y futuro de nuestras luchas

Imágenes integradas 1
 
Desde hace 11 años el 26 de junio se ha convertido en una fecha trascendental para todos aquellos que transitamos y compartimos una misma senda de militancia en pos de los profundos cambios sociales que necesita nuestro pueblo, orientados a la construcción de una sociedad justa e igualitaria, sin saqueo ni explotación.  

Siguen imborrables en nuestra memoria las imágenes de la brutal represión de aquel día y sobre todo de la valiente resistencia de cientos y miles de compañeros y compañeras de las barriadas populares que enfrentaron con decisión las balas y gases lacrimógenos.

Represión protagonizada centralmente por la Policía Bonaerense, pero que contó con la participación de la Gendarmería y Prefectura, en lo que constituyó un meditado operativo represivo conjunto ordenado por el gobierno de Eduardo Duhalde y sus cómplices.

No olvidamos tampoco que el asesinato de Darío y Maxi precipitó la salida del mismo Duhalde y que menos de un año después llegaría de su mano a la Casa Rosada el mismo Néstor Kirchner, que supo pagar el favor con el sostenimiento del pacto de impunidad en relación a los responsables políticos de la Masacre.

En estos 11 años transitamos la experiencia de un gobierno que supo leer con inteligencia la coyuntura excepcional que se vivía, y que junto con algunas medidas que responden a determinados reclamos populares, mantiene intactos y sin solución problemas de fondo para nuestro pueblo: la precarización del trabajo y de la vida en general; la tercerización; la inflación y el deterioro salarial;  la injusticia del impuesto a los salarios; la devastación del sistema ferroviario y la responsabilidad del gobierno y la patronal en las masacres de Once y de Castelar; el deterioro generalizado de los sistemas públicos de educación y salud, como algunos de esos ejemplos.

Ni que hablar de la concentración y extranjerización de la economía, que tiene en el saqueo de los pulpos multinacionales megamineros y la extrema sojización del campo sus mayores exponentes.

Del mismo modo, contrastan con ciertos avances en derechos civiles y en materia de derechos humanos, la persistencia criminal del gatillo fácil policial en las barriadas y la criminalización de la protesta social, con la Ley Antiterrorista como máximo ejemplo. Los ejemplos de la continuidad represiva del sistema se verifica tanto en las desapariciones en democracia (Julio López y Luciano Arruga para tomar sólo dos ejemplos paradigmáticos), como en los asesinatos de Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra, los miembros del pueblo Qom, y tantos otros caídos a causa de balas policiales, de patotas y todo mercenario al servicio del poder económico y político.

Por todo esto consideramos que la forma más consecuente de homenajear a Darío, Maxi y todos los caídos y desaparecidos por luchar es continuar su  pelea por otra sociedad, porque el capitalismo no es digno de ser vivido.

En ese camino necesitamos seguir avanzando en unidad para poner en pie una alternativa política de los de abajo, a través de un amplio frente político y social antiimperialista y anticapitalista que nos permita visibilizar una opción real de transformación para dar la lucha en todos los planos.

¡Darío y Maxi no están solos! ¡Viven en la lucha popular y sus banderas siguen siendo las nuestras!

- Cárcel común, perpetua y efectiva a Duhalde y todos los responsables políticos de los crímenes de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
- Basta de represión y criminalización de la protesta: por el desprocesamiento de todos los luchadores y las luchadoras populares.
- Por trabajo, salud, educación y vivienda para todos/as.


Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)

miércoles, 12 de junio de 2013

Editorial A Vencer N° 54 – Edición de junio 2013

Después de la fiesta, empezó el baile

La espectacularidad de la puesta en escena, la masividad de la concurrencia, los eventos musicales y las proyecciones visuales. Todo suma. Con los años de gestión, el gobierno kirchnerista desarrolló una fina capacidad para organizar actos de masas (con innumerables recursos y aparato), planificados al detalle en función de sus objetivos políticos coyunturales.
En este caso, la celebración el 25 de mayo de la autodenominada “década ganada” (ver recuadro abajo) apuntó a recuperar la calle, luego de las movilizaciones opositoras por derecha. A su vez, buscó moralizar a la fuerza propia de cara a las próximas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se realizarán en agosto, como antesala clave de las elecciones legislativas de octubre.
El oficialismo cumplió con buena parte de sus objetivos, demostró que mantiene un considerable nivel de adhesión y entusiasmó a su militancia, aunque habrá que ver si este envión alcanzará para revertir la tendencia relativa de pérdida de cierto capital político.   

El peronismo toma todo…
A apenas días del cierre de las alianzas y listas para las PASO, sería poco prudente arriesgar pronósticos terminantes sobre candidaturas que pueden ser rápidamente desmentidas por los hechos. Lo que no hay duda es que lo fundamental de la “rosca” se procesa al interior del peronismo, en sus vertientes oficialista y opositora.
En este sentido, la incógnita fundamental, para ambos bandos, es qué harán Scioli y Massa, las dos figuras de mayor caudal electoral que pueden terminar jugando tanto por dentro del kirchnerismo como volcándose al peronismo antikirchnerista.
Consciente de esto, Cristina no pierde oportunidad de humillar y vapulear a Scioli cuando puede (el más reciente desplante se produjo en un acto en Lomas de Zamora donde la Presidenta lo acusó semidirectamente de hacerse el “estúpido”); en tanto se muestra más cautelosa con Massa, procurando evitar su ruptura con el oficialismo. 
Entre los movimientos de aparatos que se vienen dando por abajo, se destaca el pasaje de la “Juan Domingo”, que responde a Scioli, a las estructuras del PJ disidente. No obstante, este desplazamiento de ningún modo indica que el gobernador bonaerense, al que literalmente lo tapó el agua, siga ahora mismo similar recorrido (por razones de tiempo y de gestión). 
En la misma franja derecha, pero por fuera del PJ, Mauricio Macri hace los mayores esfuerzos por instalarse como jefe de la oposición granburguesa. Su vergonzoso y disparatado decreto en “defensa de la libertad de prensa" (a la medida del grupo Clarín), es el más reciente y sobreactuado gesto en este sentido.

La centroizquierda en crisis
Por el lado de la centroizquierda, se produjo la previsible implosión del Frente Amplio Progresista (FAP) entre el sector del PS, GEN y Libres del Sur, que pretende cerrar una nueva Alianza con la UCR y otros sectores de derecha; y la fracción de la Unidad Popular de Víctor De Gennaro y Lozano, que se orienta hacia un reagrupamiento que conserve cuanto menos algo que permita seguir llamarlo de “centroizquierda”.
Similar proceso de escisión se dio en el devaluadísimo Proyecto Sur que estalló en unos cuantos pedazos a raíz de la unilateral e insólita alianza de Pino Solanas con… ¡Lilita Carrió! Un mamarracho que muestra los límites insalvables de las opciones de centroizquierda que más temprano que tarde terminan convirtiéndose en “muletas” de los partidos tradicionales (descripción que cabe también, por ejemplo, a Nuevo Encuentro de Martín Sabatella, en relación al PJ kirchnerista).

Paritarias y aumentos de asignaciones a las apuradas
El cronograma electoral forzó al gobierno nacional a tomar dos temas claves para darles rápida resolución semanas antes de que empiece formalmente la carrera electoral. Por un lado, cerró las principales negociaciones paritarias con los sindicatos que integran la “CGT Balcarce” (UOM, UOCRA, UPCN, Comercio, entre otros) en torno al techo del 24% en cuotas, que finalmente fijó como parámetro para las negociaciones de este año.
Días después, Cristina anunció el aumento de la Asignación Universal por Hijo a $460; un adicional por única vez de ayuda escolar de $240, entre otras medidas que apuntan a inyectar circulante para apuntalar el consumo popular. El insuficiente aumento del 20% de los topes para las asignaciones familiares vuelve a dejar afuera a millones de familias trabajadoras que seguirán sin percibirlas.
En lugar de animarse a “morder” una porción mayor de las impresionantes ganancias empresariales, la lógica “redistributiva” que propone una vez más el gobierno nacional es que los sectores con ingresos medios de la clase obrera financien -vía impuesto al salario y exclusión del sistema de asignaciones familiares- una mejora relativa de los ingresos de las franjas populares más pauperizadas.
Las respuestas sindicales en defensa del salario brillaron por su ausencia o estuvieron por debajo de las necesidades. Por un lado, la CGT de Moyano renunció a la calle para dedicarse a tiempo completo al armado electoral (mientras sigue perdiendo integrantes como ejemplifica la retirada de su CGT del poderoso gremio bancario). Por el otro, el “paro” nacional del 29 de mayo de la CTA de Micheli, que en verdad no para casi nada, puso al desnudo sus límites de representación.
En esta coyuntura, la iniciativa más genuina surgió desde las bases obreras con la movilización al Ministerio de Trabajo contra el impuesto al salario, el pasado 24 de mayo, promovida por el SUTNA San Fernando, las comisiones internas de Kraft, Lear, la línea 60, entre otras. Si bien fue una expresión acotada al activismo antiburocrático y las fuerzas de izquierda, marcó una referencia en un sentido de lucha que debe ser ampliado y profundizado.

En la senda del Che
En este año, las peleas en el movimiento obrero y popular no podrán desligarse del contexto electoral, que signará de diversas formas la realidad política de nuestro país hasta octubre cuanto menos.
Frente a la coyuntura electoral, nuestra organización se posicionará, como siempre desde nuestra fundación en julio de 2008, en base a la consideración de que las elecciones constituyen una cuestión táctica que debe ser analizada en concreto de acuerdo a la situación y las posibilidades reales de intervención.   
Así lo haremos, atendiendo a las diversas situaciones regionales, con el convencimiento intacto de que necesitamos parir un proyecto revolucionario de profunda transformación social, protagonizado por amplias franjas de nuestro pueblo, y que en ese camino tenemos que avanzar.
No nos conformamos con las migajas del “capitalismo en serio” ni con los “males menores” de los de arriba. Frente a los desvíos del reformismo y el populismo, tan en boga por estos días, seguimos el camino del Che, el “Roby” Santucho y tantos compañeros y compañeras que dieron su vida por una sociedad sin explotación ni opresión.
(2/2/2013)