Nuestra posición ante las elecciones: ante la ausencia de una genuina alternativa política del pueblo trabajador, impulsemos unitariamente un voto programático
El panorama frente a las elecciones legislativas que se realizarán el próximo 28 de junio, se va perfilando cada vez con mayor claridad. Si bien al cierre de este artículo falta una semana para la presentación de las listas de candidatos, las principales fichas ya fueron jugadas, tanto desde las fuerzas políticas del régimen, como de parte de los partidos de izquierda.
En la nota editorial del último número de A Vencer señalábamos que, en esta coyuntura “la lucha no se librará centralmente en las urnas sino en las fábricas, en los barrios, en las escuelas, en las universidades. Lo central no pasará por las listas de candidatos, sino por los delegados de base, los sindicatos, los centros de estudiantes. Es allí donde debemos actuar, donde debemos organizar día a día, potenciando cada lucha y construyendo poder obrero y popular”. Desde nuestro punto de viste existe hoy una carencia de una opción política obrera, popular y revolucionaria con algún arraigo significativo entre las mayorías populares.
Y en el marco de las coyunturas electorales, esta ausencia de una verdadera alternativa de la clase trabajadora y el pueblo en ese terreno no puede verse de otro modo que no sea como expresión de debilidad, dado que no asistimos a una tendencia real de masas que plantee un cuestionamiento al régimen de representación de la burguesía, condición de posibilidad para que resulte factible la línea de boicot electoral (la otra opción que tenemos los revolucionarios ante las elecciones burguesas).
En este sentido, no se puede confundir la apatía respecto al voto con conciencia política antisistema, tal como incorrectamente suelen hacer algunas fuerzas de izquierda (el PCR, por ejemplo).
Nuestra opción: voto programático
Por las razones anteriores proponemos frente a las próximas elecciones legislativas impulsar un voto programático que nos permita llegar a más amplios sectores de nuestro pueblo, prioritariamente a aquellos trabajadores y trabajadoras que están disconformes con la realidad que nos toca vivir y que sufren los efectos de la crisis capitalista, pero que aún tienen confianza en los partidos del régimen (incluyendo entre estos a la centroizquierda reformista).
A ellos procuraremos llegar para plantear la necesidad de confiar sólo en nuestras propias fuerzas, de avanzar en la unidad de las luchas, de organizarnos desde abajo para construir esa alternativa revolucionaria hoy ausente. “Para nosotros el camino pasa por formar un amplio frente político obrero y popular (…) que acumule en el sentido de la organización autónoma de la clase obrera y los demás sectores explotados y oprimidos. Un frente político que avance en ser una real opción de poder revolucionario y que si se presenta a elecciones lo haga para disputar con la gran burguesía (…) Ese frente político lo tenemos que empezar a construir ahora, pero no pensando en las elecciones sino en cómo luchar por nuestros intereses, contra los despidos y suspensiones, para lograr que la crisis no la paguemos nosotros, sino las patronales y su gobierno”, expresábamos en el editorial citado trazando la perspectiva que debe orientarnos en el trabajo inmediato.
En esta senda caminaremos con la confianza de que esta iniciativa nos permita confluir con otras tantas organizaciones con las que coincidimos en diversos ámbitos de la lucha de clases, para que también podamos empezar a dar los primeros pasos en el plano de la construcción de una alternativa política revolucionaria de la clase trabajadora.
Interna Abierta
Nuevamente la izquierda se presenta fragmentada en las elecciones. Como viene siendo costumbre el Partido Obrero finalmente concretó consigo mismo su planteo de “coalición anticapitalista”, repitiendo exactamente su unipersonal experiencia de su frente “100% de izquierda” para las presidenciales de 2007.
Por su parte, el PTS, MAS e Izquierda Socialista (IS) cerraron por arriba un frente de ocasión que está destinado a desintegrarse a las 18.15 horas del día domingo 28 de junio. En este caso, llama la atención que la “posición sojera” de IS no haya sido impedimento para la concreción de la unidad, ya que las dos primeras organizaciones venían planteando insistentemente que la posición “ante el conflicto del campo” era una divisoria de aguas permanente. Sin embargo, parece que en esta ocasión esta discrepancia quedó en segundo plano.
Ironías al margen, la política aparatista y oportunista de las principales fuerzas de izquierda hace que las presentaciones electorales de estos partidos se conviertan en una folklórica “interna abierta” en la que sólo se disputa quién es el primero de los últimos. Ésa no debería ser la idea, sino disputar en serio -también en ese terreno- el poder a la burguesía.
Nota publicada en A vencer Nº 9
creo que de una vez por todas se tendrian que poner a trabajar en serio y sin lugar a egoismos entre los dirigentes, para armar un espacio politico digno, con la izquierda siempre pasa lo mismo, construyen espacios de poco tiempo, despues se pelean cual vedetes de cabaret, tendrian que construir un espacio en el que la gente pueda confiar y que tenga un proyecto que se pueda sostener por mucho tiempo, es la humilde opinion de una persona que busca un lugar para confrontar a los ladrones de los partidos aparentemente mas "representativos", y que encuentra siempre lo mismo.
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