domingo, 10 de mayo de 2009

Editorial

MAYO es de los TRABAJADORES,
NO de los TRAIDORES
El masivo acto que la CGT organizó el pasado 30 de abril, 24 horas antes del Día del
Trabajador, constituyó una innegable demostración de fuerzas por parte del aparato burocrático que lidera Hugo Moyano. La concentración de casi 100.000 trabajadores resultó un contundente mensaje para el gobierno nacional, quien deberá retribuir con lugares en las listas oficialistas para candidatos del riñón sindical, luego del abierto apoyo político que Moyano brindó a “Cristina de Kirchner” en su discurso. Obviamente, también sirvió para demostrar con claridad cuál es la correlación de fuerzas que existe en su disputa con la minoritaria CGT Azul y Blanca que encabeza José Luis Barrionuevo, destacado integrante del agrupamiento “neo-duhaldista” que tiene como figura pública al narco-candidato Francisco De Narváez.
De ningún modo se puede reducir exclusivamente la presión de la CGT a la pelea por los fondos de las obras sociales, tal como denunció Clarín en su tapa del 2 de mayo. En verdad, la apuesta de la burocracia sindical peronista comandada por Moyano es bastante más amplia y tiene como objetivo primordial recuperar mayores niveles de protagonismo político a través de diversas iniciativas: incluyendo candidatos propios en la oferta electoral del PJ-FPV u operando para meter un “hombre propio” en algún Ministerio (fundamentalmente el de Salud, que maneja la caja de las obras sociales).
De una forma u otra, la burocracia cegetista pretende constituirse como un interlocutor de peso en las discusiones y negociaciones que se abrirán al interior del peronismo al minuto siguiente que se conozcan los resultados de la votación legislativa del 28 de junio, cuando con los resultados puestos, todo el pejotismo se abocará a tejer la sucesión presidencial del 2011.
De lo que no habló Moyano…
Por fuera de estos intereses hay otra realidad y es la que golpea día a día abuena parte de nuestra clase. Si bien no sorprende, resulta escandaloso que en el acto de la CGT hayan estado totalmente ausentes las demandas y problemáticas actuales que afligen a los trabajadores y trabajadoras en esta coyuntura de crisis: nada se habló de los crecientes despidos, ni de los sueldos que no alcanzan, ni del trabajo en negro, ni de las represiones que siguen sufriendo los/as trabajadores/as cuando salen a luchar. ¿Dijo algo Moyano de los 500 compañeros que hoy ven peligrar su fuente de trabajo por el cierre de la autopartista Mahle en las afueras de Rosario?, ¿o de los 120 obreros de la fábrica Tersuave de Villa Mercedes, San Luis, que pelean por sus salarios y contra los despidos?, ¿y de la violenta represión que sufrieron los docentes de Chubut que exigen la reapertura de paritarias, que incluyó balas de goma contra un docente universitario a manos de la policía del gobernador Das Neves?
De nada de esto se habló en el acto “de festejo” de la CGT y por esta razón es más necesario que nunca afirmar que el 1º de Mayo es de los trabajadores y no de los traidores que viven a costa de nuestro esfuerzo.
1º de Mayo: otros actos, otras miradas
La ofensiva patronal que se viene descargando contra las condiciones de vida de los trabajadores/as y el pueblo, aprovechando el escenario de crisis, es la que determina las tareas inmediatas de la etapa, en el plano reivindicativo, para las fuerzas obreras y populares. Por eso desde las páginas de A Vencer venimos señalando insistentemente sobre la importancia de organizarnos para resistir, de recuperar la iniciativa para dar la
pelea, de hacernos fuertes en nuestros lugares de trabajo, estudio y en las barriadas para ponerles un freno a estos señores que se creen dueños de nuestras vidas.
En este marco, resultó muy positivo el acto por el 1º de Mayo realizado en Plaza Lorea –organizado por el Encuentro Sindical de Base (ESB), la corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas, el espacio Otro Camino para superar la Crisis, entre otras organizaciones gremiales, territoriales y políticas-, que sirvió como una pequeña pero legítima referencia antiburocrática, clasista y de lucha en esta coyuntura, y al que debieron acercarse incluso sectores de la CTA Capital distantes del gobierno nacional
El acto fue una interesante demostración de que con políticas unitarias, pero sin hacer
seguidismo detrás de internas ajenas (lo que no supone desconocerlas), es posible sostener posiciones afirmadas en la independencia de clase y que apunten a la gestación de opciones de dirección que en un mediano plazo puedan constituirse en alternativas
reales a las actuales conducciones gremiales del movimiento obrero.
En esta perspectiva de largo aliento, merece destacarse especialmente la realización exitosa de las elecciones de Delegados en el Subte, cuyos trabajadores/as están en lucha por un nuevo Sindicato para el sector. En esta ocasión, la enorme firmeza de la organización de base de los compañeros y compañeras del Subte, junto con la solidaridad de múltiples organizaciones políticas y sociales del campo popular que
nos acercamos para colaborar, permitió que todo el proceso se desenvuelva
con normalidad, evitándose las habituales patoteadas de la burocracia de la UTA.
Sin duda ahora se abre una etapa igual o más dura que la anterior, donde habrá que avanzar desde la legitimidad de la organización gremialalcanzada hacia la conquista de la legalidad del nuevo Sindicato. Un desafío más al que se enfrentan los/as laburantes del Subte en su experiencia de autoorganización que ya lleva más de diez años de abnegada pelea.
¿Qué hacer ante las elecciones?
Se vienen las elecciones y éste suele ser un tema bastante incómodo para las organizaciones políticas revolucionarias. Desde una perspectiva marxista es indudable el carácter de trampa que tienen las elecciones en la democracia burguesa, pues esta “democracia” es el régimen político más eficaz que han encontrado las clases dominantes para asegurar su dominio.
Bajo el falso discurso de la “participación ciudadana” y la “voluntad popular”, la burguesía encuentra un medio muy sutil para preservar sus intereses de clase, tarea para la cual dispone de una enorme cantidad de medios y recursos (económicos, institucionales, mediáticos, etc.) De esta forma, los “de arriba” convierten Periódicamente a los comicios en una simple selección de cuál de los candidatos patronales tendrá la responsabilidad de administrar, al frente del gobierno estatal, los intereses del conjunto de la burguesía.Desde ya, las elecciones del próximo 28 de junio no son una excepción a esta regla. Sin embargo, frente a este cuadro adverso la respuesta no puede ser negar la realidad con la fantasía de que ésta se parezca un poco más a nuestros deseos. Todos sabemos muy bien que por la vía electoral no habrá soluciones reales a los problemas de fondo del pueblo trabajador pero al mismo tiempo no desconocemos que amplios sectores de la clase trabajadora aún mantienen expectativas en la democracia burguesa.
Afirmados en esta perspectiva, desde MIR entendemos la disputa electoral en el seno de la democracia burguesa como un problema táctico, que debe ser resuelto a partir del “análisis concreto de la situación concreta”, al decir de Lenin. En este caso, en un escenario político caracterizado centralmente por la ausencia de una alternativa política de la clase trabajadora, lo que impide que la situación de crisis pueda ser resuelta de forma favorable para los intereses del pueblo trabajador, nuestra organización impulsará un voto programático, que proponga en primer lugar la necesidad de conformar un frente político obrero y popular que aspire a forjarse como una alternativa revolucionaria de poder; y, ligado a esto, que postule la perspectiva del socialismo como imprescindible horizonte de transformación.
Con esta orientación intentaremos trabajar unitariamente con otras fuerzas políticas, territoriales, estudiantiles, juveniles, de derechos humanos, etc., que sostengan planteos similares sobre cómo intervenir en esta coyuntura electoral. Es nuestra expectativa
que podamos ser muchos los que aunemos esfuerzos para que otra voz, surgida desde abajo, se haga oír ante tanto insoportable griterío de los candidatos patronales.
Editorial Publicada en A vencer Nº 9

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