domingo, 3 de marzo de 2013

Por un frente político y social.


Nota del A VENCER Nº 50: "Para el debate con todas las organizaciones del campo popular"

Los últimos 10 años nos han encontrado a las diferentes fuerzas del campo popular, buscando empujar la crisis de dominación política que estalló en el 2001 hacia un escenario donde las condiciones para que emerja una propuesta revolucionaria sea viable. Hoy nos hallamos en el contexto de una recomposición de la gobernabilidad y la institucionalidad que ha mostrado la debilidad de nuestras fuerzas y nuestras limitaciones políticas. La adhesión al proyecto kirchnerista sigue siendo importante, lo que nos desafía a buscar respuestas más potentes que puedan presentarse ante nuestro pueblo como un proyecto alternativo de país que no busque las salidas de recomposición de un “capitalismo serio”. Un proyecto que pueda disputar la conciencia de las masas, ganando un real arraigo obrero y popular frente a los proyectos neodesarrollistas y los nostálgicos del pasado neoliberal.En este sentido, el problema de la unidad se vuelve a hacer presente. La capacidad para influir en la escena política de cada una de las organizaciones de la izquierda surgida pos 2001, es mínima comparada con las tareas que presenta la etapa. Desde MIR entendemos que es necesario construir una herramienta política capaz de aglutinar a las diferentes organizaciones y agrupamientos de nueva izquierda. Entendemos que es necesario discutir la conformación de un Frente Político y Social que contenga en un proyecto común a las diferentes fuerzas que hoy buscan poner en pie una alternativa. Creemos que esta posibilidad además, servirá de referencia para muchas organizaciones sociales, gremiales, culturales y estudiantiles que hoy siguen dispersas y que están en la búsqueda de una referencia política que las contenga y las potencie. Un FPyS que, a través del debate fraterno y el intercambio respetuoso, busque llegar a síntesis en diferentes planos de la intervención política que permitan poner en un escalón superior las experiencias hoy existentes. Esto implica hacer apuestas honestas desde cada espacio, con la mejor vocación de construcción unitaria para encontrar las formas organizativas, articuladoras y programáticas que le den cuerpo a dicha herramienta.Actualmente existen diferentes experiencias de coordinación de diverso tipo, como la COMPA, de la cual formamos parte, al igual que COB-La Brecha o el Frente Nacional Pueblo Unido. Estos son ejemplos concretos de que se pueden gestar espacios de articulación permanentes que permitan aunar fuerzas e impulsar políticas amplias de acción unitaria. La experiencia del Espacio 20 de Diciembre donde eventualmente confluyen los agrupamientos mencionados, ha permitido desarrollar actividades de conjunto. Sin embargo, la coyuntura nos demanda nuevas apuestas, y más audaces. Los problemas del momento histórico actual y la búsqueda de respuestas concretas, marcan las rupturas de organizaciones y/o fusiones que dan lugar a nuevos realineamientos políticos.En este marco, darle proyección conjunta a este amplio espacio militante, permitiría demostrar que hay algo más que kirchnerismo autista y obsecuente, algo más que una oposición reaccionaria o una centroizquierda oportunista. Indudablemente, el piso desde el cual tenemos que partir son las construcciones reales en los territorios, lugares de trabajo, universidades y escuelas, donde hoy ya se tiene presencia e incluso inserción profunda, desde donde se pueden sentar las bases para esa construción.Sabemos que estos debates dentro de la militancia traen aparejadas cuestiones vinculadas a las posibilidades ciertas de poder superar la fragmentación. Aparecen los prejuicios e incluso los sectarismos que solemos arrogarle a “otras izquierdas”. El cuidado de la construcción propia, caudillismos, viejas rencillas y miedo de las diferentes fuerzas a ser absorbidos o ser “conducidos”. Dichos problemas mencionados son reales en la práctica política, pero el verdadero reto pasa por encontrar los caminos para superarlos y no por abroquelarse de manera temerosa evitando el problema de la construcción real de poder.La mayor dificultad surge en no pocas ocasiones respecto de cómo poner en pie dicha herramienta frentista. En este sentido, y delinenando algunas ideas tentativas, consideramos importante poder proyectar una estructura organizativa de carácter regional y nacional, que a la vez reconozca las dimensiones y desarrollos de cada fuerza política que confluya en dicho espacio. Es decir, una estructura que incluya criterios como el desarrollo político de cada organización y la presencia geográfica en el mapa federal. Que garantice la participación de los grupos más pequeños de manera democrática en la toma de decisiones para que realmente sea una construcción amplia y superadora. Que combine de manera virtuosa y equilibrada criterios de representación reales. La forma de mesas políticas en las diferentes dimensiones (local, regional o provincial y nacional) es un esquema que puede ser una primera aproximación.Como tareas centrales, el FPyS deberá lograr la articulación de las intervenciones en los diferentes frentes de masas, ya sea en el ámbito estudiantil, territorial, gremial, de género, etc.; conformarse como referencia a nivel nacional y tomar posición respecto de los diferentes hechos que atraviesen la coyuntura, sacando declaraciones y lanzando campañas de agitación y propaganda específicos. Poner en la calle una fuerza militante organizada que interpele masivamente. Desarrollar e impulsar la construcción de poder popular como núcleo estratégico de acumulación. Proyectar una respuesta en el plano electoral como ámbito táctico de disputa con las opciones burguesas. Y fundamentalmente, elaborar un programa político que supere el nivel reivindicativo, sustentado en las diferentes elaboraciones existentes, que exprese los contornos del proyecto político, socialista y revolucionario que queremos para el país. Las dificultades van a ser muchas y las tareas numerosas. Esperamos con toda humildad, pero con toda nuestra vocación y decisión militante que esta propuesta y perspectiva sea tomada como insumo para el debate por otras organizaciones hermanas, para iniciar un camino que ponga en pie una nueva izquierda revolucionaria a la altura de los desafíos actuales.

Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR)

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