sábado, 5 de octubre de 2013

Editorial - A Vencer Nº 58

Fuera Chevron, Monsanto y la Barrick Gold

Era de esperar que el gobierno nacional no se quedara de brazos cruzados luego del traspié electoral de agosto último. Y así lo hizo. Si algo debe reconocérsele a la conducción kirchnerista es que siempre afrontó con decisión e iniciativa las situaciones críticas; y en aquellas coyunturas donde otros gobiernos patronales supieron recular, el kirchnerismo respondió en cambio redoblando la apuesta y animándose a “ir por más”.

La reacción frente al retroceso de las PASO no constituyó una excepción y la Casa Rosada salió con hiperactivismo y agudo pragmatismo, impulsando concesiones improvisadas a derecha e izquierda, que marcaron la agenda de las últimas semanas.

La modificación del mínimo no imponible de ganancias y la suba de los topes de las asignaciones familiares; la sobreactuación de las medidas represivas para enfrentar la problemática de la inseguridad; la promoción de un ministro de seguridad reaccionario en provincia de Buenos Aires y el cambio de estilo de comunicación presidencial, son algunas de las respuestas que conforman la batería de medidas gubernamentales post-electoral.

Se equivocan quienes sólo visualizan unilateralmente un aspecto de la política kirchnerista, ya sea para entusiasmarse por izquierda o denunciar los giros hacia la derecha (como si de ahora en más solo se pudiera esperar golpes hacia ese lado), ya que este vaivén pendular está en el ADN político del kirchnerismo, que en última instancia no deja de ser una inteligente y aggiornada variante del viejo y conocido peronismo.

 

Presupuesto express

Con igual impulso la bancada kirchnerista logró extender la vigencia de la ley de emergencia económica, del impuesto al cheque  y hacer votar el fantasioso Presupuesto 2014, que imagina un crecimiento de la economía del orden del 6.2% y una inflación de apenas 10,2% para el año próximo.

No vamos a detenernos en el carácter imaginario del presupuesto nacional (que pese a lo dibujado de su elaboración, deja bien en claro que vamos a seguir pagando miles de millones de dólares en concepto de deuda externa), ya que más allá del aburrido debate leguleyo y técnico, lo que estaba en juego en verdad era la demostración (o no) de control político de la situación. Y, ligado a esto, la disposición plena de los recursos económicos para sostener la ejecutividad presidencial y el disciplinamiento de la tropa propia, sin depender del Congreso.

Es que nadie conoce mejor que los gobernadores e intendentes la pertinencia política del dicho popular “billetera mata galán” (opositor interno, en este caso), lo que va a resultar clave para el oficialismo en retirada a la hora de negociar la sucesión de cara al 2015. Por esto mismo, el kirchnerismo se apura a resolver el trámite parlamentario antes del recambio de diputados y senadores que tiene lugar en diciembre.

En la otra vereda patronal, las dificultades de massistas, radicales y peronistas federales residuales para mantener cohesionadas a sus respectivas bancadas, no hace más que poner en evidencia la fragilidad de estos bloques de ocasión, moldeados a base de oportunismo y sumisión política a los poderes económicos y mediáticos.

 

Mano dura para juntar votos

Un destacado especial merece el notorio viraje discursivo y práctico que el kirchnerismo dio en materia de seguridad. Lejos del maquillaje “democrático” de la gestión Garré-Verbitsky, el oficialismo metió un volantazo tan brusco en este rubro que dejó tirados al costado de la ruta a todos sus seguidores y acompañantes progresistas, que a esta altura se ven obligados a deglutir en silencio, uno tras otro, sapos del tamaño de rinocerontes.

Los discursos reaccionarios de Scioli, la improvisada movilización de gendarmes al conurbano bonaerense, la propuesta del candidato Insaurralde de bajar la edad de imputabilidad de menores y la designación de Alejandro Granados en la seguridad bonaerense, son poca cosa comparados con el respaldo público de Cristina Kirchner a esta política de mano dura con aroma electoralista.

Estos hechos hablan a las claras de la endeble consistencia de algunas convicciones que discursivamente son parte del ideario kirchnerista. Algo parecido a lo que pasa con el sostenimiento a rajatabla del genocida César Milani al frente del Ejército, más allá de todas las pruebas que demuestran su participación en crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar y el “Operativo Independencia” que tuvo lugar en 1975 en Tucumán.

 

Profundizar nuestras legítimas luchas

Hasta acá, la manera en que repercute el escenario electoral en el gobierno y la oposición patronal. Por abajo, siguen presentes con obstinada vigencia las luchas de nuestro pueblo por mejores condiciones de vida, en defensa de nuestros recursos naturales, energéticos y bienes comunes.

Así lo hicieron numerosas organizaciones populares en Neuquén y todo el país que se movilizaron para denunciar y enfrentar la vergonzosa concesión de soberanía que supone el acuerdo YPF-Chevrón para la explotación de Vaca Muerta. En este punto, resulta indignante ver cómo el gobierno kirchnerista y Clarín coinciden sin fisuras a la hora de hacer lobby para la Cámara empresaria del sector.

Valiosas luchas como la que están llevando adelante actualmente diversos sectores del pueblo cordobés que se oponen a la instalación de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas; que apelan a la acción directa del bloqueo como legítimo método de lucha y resisten los ataques de la policía y las patotas de la UOCRA avaladas por los gobiernos provincial y nacional (tampoco acá hay diferencias sustanciales entre el kirchnerismo y De la Sota, en este caso).

En similar sentido, aparece la pelea de sectores independientes del movimiento obrero que se movilizan por la derogación del impuesto al salario, por la universalización de las asignaciones familiares y contra la precarización laboral en sus diversas formas.

 

Apoyemos opciones anticapitalistas, antiimperialistas y de lucha

Desde la defensa y proyección de estas luchas, y en pos de una alternativa política de los de abajo, es que desde MIR hacemos un llamado general a votar este 27 de octubre a expresio­nes antiimperialistas, anticapitalistas y de lucha que expresan un cuestionamiento al modo de organización de la sociedad y reivindican la independencia política de la clase trabajadora.

En el marco de este planteo general, consideramos al FIT como la prin­cipal referencia a nivel nacional en esta línea, más allá de nuestras fuertes críticas a diversos aspectos de su lógica de construcción y propuesta política, y sin perder de vista que estamos ante comicios legislativos que plantean situaciones particulares a nivel de cada una de las provincias.

Hacemos un explícito llamado a votar al FIT en CABA, Buenos Aires, Mendoza y en todas las provincias donde presente candidaturas provinciales; y ratificamos nuestro planteo de acompañar, eventualmente, con un apoyo a los primeros ensayos electorales distritales de organizaciones populares compañeras que dieron ese paso diferenciados de la vieja centroizquierda en crisis, como sucede en Rosario con el “Frente Ciudad Futura” (FPDS y Giros); o en La Plata con “Frente Ciudad Nueva” (Patria Grande y Unión del Pueblo), por ejemplo.

Sabemos que no será a través de las urnas donde nuestro pueblo encontrará las soluciones a los problemas de fondo que nos aquejan. Se trata de un ámbito táctico de acumulación de fuerzas y como tal hay que entenderlo y asumirlo con iniciativa política.

Nuestros sueños de largo aliento apuntan a quebrar las cadenas de la explotación capitalista e imperialista, para construir una alternativa de verdadera emancipación económica, social y política.

En ese camino, se vuelve una necesidad avanzar sin pausa en la construcción de organización política revolucionaria de la clase trabajadora y el pueblo; tarea estratégica que está dialécticamente asociada a su vez con la conformación de un Frente Político y Social anticapitalista, antiimperialista y por el socialismo, que sea capaz de masificar una propuesta política de profunda transformación social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario