1- El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Argentina surge como fruto de la necesidad de promover el reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias en nuestro país, con el objetivo de poner en pie un partido revolucionario de la clase obrera y el pueblo que consideramos hoy inexistente. MIR nace con la aspiración de jugar un rol protagónico en la conformación de dicha herramienta, en la que esperamos confluir con otros destacamentos, y con miles de trabajadores y luchadores populares comprometidos con la causa revolucionaria de la clase obrera y el conjunto de los oprimidos.
2- MIR reivindica todas las experiencias de lucha protagonizadas por la clase obrera y el pueblo a lo largo de la historia de nuestro país. Nos referimos a las gestas de los obreros masacrados en la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde, a los fusilados en José León Suárez, a los protagonistas de la resistencia peronista y del Cordobazo, a los hombres y mujeres que integraron las organizaciones revolucionarias de los ´70. Del mismo modo, rescatamos la resistencia de los trabajadores desocupados a la ofensiva capitalista neoliberal a lo largo de los años ´90 en Cutral-Co, Plaza Huincul, Tartagal y Mosconi y a lo largo de todo el país. Por último, nos sentimos directamente interpelados por las tareas políticas que dejó pendiente la Rebelión Popular de Diciembre de 2001 a cuya resolución favorable dedicaremos nuestros mayores esfuerzos.
3- MIR reivindica la tradición del marxismo revolucionario que ubica en las figuras de Marx, Engels, Lenin, Trotsky y el Che a sus mayores exponentes, abrevando también en los aportes de otros destacados revolucionarios como Rosa Luxemburgo y Gramsci. De nuestro continente hacemos propio el legado revolucionario de José Carlos Mariátegui, Miguel Enríquez y Mario Roberto Santucho. Desde las contribuciones y enseñanzas de los revolucionarios mencionados procuramos recrear la genuina tradición del marxismo revolucionario, con una sana vocación de síntesis, y con el objetivo prioritario de forjar una alternativa revolucionaria de la clase trabajadora de acuerdo a los desafíos actuales que impone la lucha de clases.
4- Nos pronunciamos decididamente por un marxismo que parta del reconocimiento de que la revolución socialista “será obra de los trabajadores mismos”, y que defienda de forma intransigente la independencia política de la clase trabajadora, en incesante disputa con cualquier proyecto de conciliación de clases, ya sea en sus variantes reformista o populista.
5- Luchamos por la Revolución Socialista Internacional, que por el carácter dependiente de nuestro país asumirá en su desarrollo la forma antiimperialista, latinoamericana y popular, es decir, que las tareas democráticas y nacionales sólo pueden resolverse mediante la dictadura del proletariado, a través de la cual la clase obrera conquistará su propia emancipación y con ella la del resto de los sectores oprimidos por la dominación capitalista en nuestro país y continente.
6- Consideramos que no alcanza con la conquista de los resortes fundamentales concentrados en el Estado para llevar a cabo los intereses históricos de la clase obrera, sino que es necesario destruir ese aparato para construir nuevas formaciones estatales basadas en organismos de poder obrero y popular. Luchamos por la dictadura del proletariado, entendida como la situación de más amplia democracia posible para los trabajadores mientras existan clases sociales antagónicas, y como el único medio posible para liquidar las bases del poder burgués y encaminarse hacia la sociedad sin clases: el comunismo.
7- En consonancia con nuestra concepción marxista consecuente entendemos que nuestra lucha por el socialismo deberá ser por una sociedad en donde las relaciones entre las personas sean fraternales, solidarias e igualitarias; por lo tanto esto nos impone la lucha contra cualquier forma de opresión ya sea de géneros y/o culturales.
8- Nos sentimos hermanados con todas las organizaciones y luchas revolucionarias y de liberación que se den en el mundo. Por eso concebimos la Solidaridad Internacional como un principio irrenunciable, alzando la voz y promoviendo la acción contra cualquier agresión a los pueblos por parte del imperialismo y las burguesías.
9- En consonancia con los principios fundamentales del marxismo revolucionario reconocemos en los trabajadores a una clase internacional sin ataduras a fronteras nacionales alguna. En tanto su liberación solo es posible derrotando al capitalismo a escala mundial, entendemos el internacionalismo proletario en su proyección organizativa y práctica, luchando por la construcción de un partido revolucionario internacional, concientes también de la inviabilidad de la construcción del socialismo si queda acotado o restringido a marcos nacionales.
10- Para el desarrollo de una perspectiva revolucionaria y socialista será vital que la clase trabajadora asuma un rol central y hegemónico -con particular énfasis en la clase obrera industrial y de los grandes centros económicos-, y que sea capaz de organizar bajo su dirección una fuerza social revolucionaria que agrupe al conjunto de los explotados y del pueblo pobre. Con ese fin MIR se involucrará con todas sus fuerzas en la gestación de la imprescindible alianza obrero-popular que requiere la revolución en nuestro país, u obrero-campesino-indígena en algunas partes de nuestro continente.
11- Caracterizamos a Argentina como un país capitalista dependiente, en el cual la burguesía local asume un papel de socia menor y servil del imperialismo internacional, fundamentalmente del norteamericano. Por tal razón, no le asignamos ningún papel revolucionario a ninguna de las fracciones de las clases dominantes locales. En este sentido, nos pronunciamos tajantemente por el carácter permanente, ininterrumpido e internacionalista del proceso revolucionario y en abierta oposición ideológica con cualquier perspectiva que postule una transformación revolucionaria “por etapas” y en alianza con sectores “progresistas”, “nacionales” o “patrióticos” de la burguesía local.
12- Desde MIR defendemos la importancia fundamental que tiene para la revolución contribuir a que las masas trabajadoras sean capaces de poner en pie organismos amplios y de lucha, que tendencialmente vayan consolidando un naciente Poder Obrero y Popular, constituyendo escenarios de doble poder y sentando las bases organizativas del futuro Estado proletario. Esta dimensión soviética de nuestra estrategia lejos de negar la necesidad del partido revolucionario de la clase obrera, no hace más que poner en claro cuál es una de las principales tareas a abordar para que las fuerzas revolucionarias podamos tener chances de quebrar victoriosamente el poder de la burguesía y el imperialismo.
13- Dado que las clases dominantes no resignarán gratuitamente sus privilegios en el marco del sistema capitalista del cual son beneficiarias, MIR asume en todas sus implicancias -políticas y organizativas- la imposibilidad del tránsito pacífico al socialismo. La historia de la lucha de clases a nivel mundial nos muestra a las claras el carácter inexorablemente violento de la batalla por la revolución socialista, realidad que ninguna organización que diga luchar por el socialismo puede negar. En tal sentido, procuraremos forjar una organización revolucionaria con decidida vocación de poder en todos los planos en que se desarrolla la lucha contra el capitalismo y el imperialismo.
14- El Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Argentina se organizará de acuerdo a los principios y criterios del centralismo democrático, entendiéndolo como el método más apropiado para organizar de forma eficaz y coherente la voluntad colectiva, combinando la necesidad del más amplio debate con una firme unidad de acción en la práctica. Asimismo, aspiramos a forjar una organización revolucionaria donde los debates se desarrollen de forma fraternal, que cultive la camaradería militante y en la cual las discrepancias sean abordadas con verdadera vocación de síntesis.
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